¿Meditar o poner la mente en blanco? Descubre la diferencia
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Saturado/as por tanta información, muchas personas se preguntan cómo dejar la la mente en blanco. Y comienzan a meditar creyendo que eso es lo que lograrán. Pero en realidad, no son lo mismo. ¿Meditar o poner la mente en blanco? Hoy te lo contamos.
Nuestro cerebro genera impulsos para que ocurran los pensamientos, y estos no son tan fáciles de detener. Entonces, ¿Qué podemos hacer para calmar nuestra mente? ¿Cómo podemos detener esos pensamientos que nos obstruyen? Te invitamos a descubrirlo.
La meditación y la mente en blanco
Hay personas que consideran la meditación como una forma de poner la mente en blanco, pero esta postura no es del todo correcta. Más bien, este es un error que ha llevado a muchas personas a abandonar esta saludable práctica al no conseguir lo que creen que deberían.
De hecho, cuando se medita, el principal objetivo es fijar la atención, ya sea en un objeto, nuestros músculos o una imágen que, si bien al principio es físico, en prácticas avanzadas puede ser sustituido por otros más complejos, como la propia conciencia. Con ello la corteza cerebral se desconecta en parte.
De hecho, cuando se medita, una de las cosas que se recomienda hacer es fijar la atención en una imagen mental, los sonidos a tu alrededor, una acción (como respirar) o en las distintas partes de tu cuerpo de forma progresiva.
Al final, te darás cuenta que lo más significativo no es poner la mente en blanco, sino vivir momentos hermosos y hacerlo con plena consciencia. El único modo de no pensar es no estar vivo.
Lo que sí puedes hacer
En la filosofía del yoga hay una ley mental que dice: si un pensamiento prevalece, todos los demás tenderán gradualmente a someterse ante el dominante. Este es un principio básico de la meditación. De ahí la intención de mantener una atención y concentración profunda en una sola cosa.
La mente humana recibe continuamente información a través de los cinco sentidos, pero puede , si se concentra en el sentido del oído, por ejemplo, notar cómo este se agudiza poco a poco, y la información que le llega a través del resto de los sentidos se va haciendo menos relevante.
Asimismo, al meditar enfocándose en la respiración, la mente se concentra hasta que solo percibe el movimiento de las fosas nasales al respirar, el sonido del aire, y la variación de la temperatura al entrar y salir del cuerpo, dejando de escuchar los pensamientos intrusivos. Eso sería lo que algunos llaman poner la mente en blanco.
Lo que nos permite la meditación es eliminar pensamientos o preocupaciones que nos hacen daño y aprender a darle más importancia y mayor duración en nuestra mente a las ideas que nos provocan satisfacción. Al final se trata de controlar la mente, no de anularla, para cosechar los beneficios de esta práctica milenaria.
Observar la mente
Una de las primeras cosas que notamos cuando empezamos a meditar es lo ocupada que está la mente y la frecuencia con la que nos distraemos. Puede ser realmente transformador cuando aprendes a verlo.
Esta es una parte muy importante del proceso, la de la toma de conciencia
¿Se pueden detener los pensamientos? La respuesta es no exactamente, pero sí se puede entrenar la mente para llevarla conscientemente hacia donde tú desees, de forma tal que dejemos de creer que lo que pensamos es “la verdad” y entender que esos pensamientos no son más que interpretaciones, que no nos pertenecen, y que podemos modificarlas.
Recuerda: No eres tus pensamientos. Se trata, en definitiva, de aprender a dominar y observar cómo los pensamientos van y vienen para evitar que sean ellos los que dominen nuestros actos.
Meditación como forma de vida
Cada uno de tus actos puede ser una meditación ¡Porque no tienes que poner la mente en blanco para hacerlo bien! Lo crucial, como seguro ya habrás notado, es estar atento a lo que ocurre en todo momento.
Una persona rezando el rosario se tranquiliza, un niño contando ovejas se duerme, un judío haciendo genuflexiones frente al muro de las lamentaciones se desconecta del entorno y concentra su atención en la oración.
Meditar puede nutrirte en cualquier momento del día, incluso cuando estás trabajando, viajando en el metro o preparando la cena.
Esperamos que esta nota haya logrado responder esa pregunta que tanto escuchamos: ¿Meditar o poner la mente en blanco? Ahora ya sabes la respuesta, y puedes iniciarte en la práctica de la meditación sabiendo de qué se trata y confiando en que es humano dispersarse al aprender algo nuevo pero que siempre se pueden volver a intentar!
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Recuerda que se trata de atención plena, conciencia y foco, no de un vacío mental.
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Nos vemos en el camino 🙂