La serotonina es un neurotransmisor que desempeña un papel fundamental en el estado de ánimo, el apetito y el sueño. A veces se la conoce como la "sustancia química de la felicidad" porque está asociada a los sentimientos positivos. Los niveles bajos de serotonina se han relacionado con la depresión, la ansiedad y otros trastornos mentales. Muchas personas que toman antidepresivos dicen sentirse mejor después de tomarlos, y se cree que esto se debe al aumento de los niveles de serotonina. La serotonina también interviene en algunos aspectos de la digestión, como la regulación del apetito. En el cerebro, se cree que la serotonina regula la percepción del dolor. Esta puede ser la razón por la que algunas personas dicen sentir menos dolor cuando toman antidepresivos.
La serotonina se encuentra en muchos alimentos, pero también la produce el cuerpo de forma natural. Sin embargo, la la cantidad de serotonina en el cuerpo puede verse afectada por ciertos factores, como el estrés, la falta de sueño y ciertas condiciones médicas. Tomar suplementos que contengan serotonina o comer alimentos ricos en este neurotransmisor puede ayudar a aumentar los niveles. Algunos alimentos que contienen serotonina son los plátanos, los huevos, el salmón y las nueces.
El triptófano, un aminoácido esencial, es un precursor de la serotonina. Esto significa que es necesario para que el cuerpo produzca este neurotransmisor. El triptófano se encuentra en muchos alimentos, como las aves de corral, la carne, los productos lácteos, las judías y las legumbres. Consumir suficientes proteínas en la dieta es importante para mantener niveles saludables de serotonina. Las investigaciones han demostrado que las personas que consumen una dieta rica en proteínas tienden a tener niveles más altos de este neurotransmisor.
También se cree que el ejercicio aumenta los niveles de serotonina. Esto se debe a que aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede ayudar a suministrar más triptófano a la zona. Además, se ha demostrado que el ejercicio reduce el estrés y mejora el estado de ánimo, y se cree que ambos contribuyen a aumentar los niveles de serotonina.
