Reflexionar sobre uno mismo y su entorno es saludable. Dicho esto, debes hacerlo bien.

Timothy D. Wilson, psicólogo social de la Universidad de Virginia (EE. UU.) y experto en la mente inconsciente, el autoconocimiento y la toma de decisiones, plantea un punto interesante en su libro de 2004, Strangers to Ourselves.

Afirma que conocerte a ti mismo no solo requiere que te hagas preguntas dolorosas. Eso es porque no solo eres lo que piensas, también eres lo que haces. Por eso, también es importante preguntar a tus amigos, familiares y pareja cómo te ven. Es muy posible que puedan revelar aspectos de ti que no conoces.

Te sugerimos que inicies este viaje de autoconocimiento y revelación planteándote una serie de preguntas. No tienes que responderlas rápidamente. No es un test de inteligencia, es un ejercicio de reflexión.

1. ¿Qué no estás haciendo por miedo?

Los miedos son como alambre de púas para tu bienestar y realización personal. Si bien es cierto que muchas veces sirven como un mecanismo de supervivencia necesario, hay momentos en los que le das poder a miedos claramente irracionales.

La única forma de desactivarlos y sentirte libre para crecer y lograr tus objetivos es siendo consciente de ellos.

2. ¿Qué es más importante para ti... que los demás te amen y admiren o que te ames a ti mismo?

Puede responder "Ambos" a esta pregunta. Por supuesto, es cierto que la felicidad y la satisfacción residen, a partes iguales, en recibir afecto de los demás y buenos niveles de amor propio. Sin embargo, el problema es que, a veces, te enfocas más en un área que en otra.

No es saludable depender de la admiración y el cariño de los demás para sentirse bien. Tampoco debes amarte a ti mismo en exceso y descuidar a los demás.

3. ¿Cuál es la diferencia entre tu “yo público” y tu “yo privado”?

Esta es una de esas preguntas dolorosas que todos deberíamos hacernos. ¿Te comportas igual en público que en privado? ¿Eres un camaleón social que siempre busca mimetizarse con los demás para sentirse integrado?

Ten en cuenta que esforzarte por ser alguien que no eres solo para complacer y sentirte aceptado solo trae sufrimiento.

4. ¿Te esfuerzas por cumplir las expectativas de los demás?

Nunca está de más reflexionar sobre tus esfuerzos y metas y el tipo de actividades a las que dedicas tanto tiempo. Sin embargo, debes preguntarte si estos objetivos que esperas alcanzar son realmente satisfactorios y emocionantes para ti. ¿O son, quizás, expectativas de los demás que te obligas a cumplir para satisfacer a los demás?

5. ¿Estás idealizando a alguien?

Idealizas a los demás cuando estás enamorado de ellos, los admiras mucho. De hecho, atribuir rasgos y características positivas a alguien solo porque te gusta o te atrae es extremadamente común.

En estos casos, nada más importante que ser consciente de tu idealización y aplicar una mirada más objetiva y con menos filtros.