Hoy en día cada vez se habla más de meditación y mindfulness (atención plena). La ciencia ha comprobado muchísimos beneficios para la mente y bienestar general, desde reducción en la reactividad de circuitos del cerebro relacionados al estrés, hasta el desarrollo de empatía y sentimientos positivos.
Seguramente todos sabemos que el entrenamiento físico exitoso depende de hábitos saludables que podamos sostener en el tiempo, como ir al gimnasio, a correr o tener una dieta balanceada. Cuando entrenamos nuestra mente meditando sucede lo mismo: necesitamos la constancia de un hábito. Una meditación aislada puede ser una linda experiencia, pero no producirá cambios en nuestro ser.
Hoy quiero compartirte algunas recomendaciones para que puedas obtener el máximo provecho de esta práctica tan beneficiosa, cultivando el hábito de meditar 10 minutos al día.
Actualmente existen muchas opciones disponibles en internet para aprender a meditar. Puede ser en Youtube, Spotify, o en apps donde puedas encontrar cursos para dar los primeros pasos. En la app Pura Mente por ejemplo hay un curso de 10 días de introducción a meditación con sesiones de 10 minutos cada una.
Cuando definimos una intención precisa para una acción futura, sucede que tenemos muchas más chances de la hagamos. Es muy normal que entre la vorágine de una rutina agitada un hábito nuevo no encuentre lugar. Pero si le reservamos ese lugar por anticipado, nuestro cerebro ya empieza a hacerse consciente en lugar de dejarlo “al azar” de nuestro día.
La mayoría de los hábitos de nuestra rutina funcionan de manera automática. Por eso podemos apalancarnos de ellos para formar uno nuevo. De esa manera no necesitamos hacer un nuevo hueco en nuestra rutina, simplemente estirar un poco el espacio que ya existía. Puede ser por ejemplo luego de lavarnos los dientes, o de bañarnos.
Es muy normal que el entorno de nuestra casa no ayude a que el nuevo hábito suceda. Si intentamos meditar en el mismo lugar que dormimos, o en la misma silla que trabajamos, puede que a nuestro cerebro le cueste más tanto empezar el hábito, como mantenerlo. Por eso podemos ayudarnos reservando un espacio dedicado para meditar. No tiene que ser una habitación entera, podés reservar un almohadón o silla que se encuentre siempre lista para que vayas a sentarte.
Estando acompañados siempre es más fácil motivarnos, ¿verdad? La buena noticia es que, para meditar, no necesitamos siquiera estar en la misma casa. Podemos comprometernos con un amigo o familiar a hacerlo todos los días y ya eso nos ayudará a comenzar.
Seguramente habrá días más difíciles que otros, algunos en los que la rutina nos “pasa por encima”. En esos casos podemos motivarnos por ejemplo con el compromiso de “no pasaré un día sin meditar al menos 2 minutos”. Esos 2 minutos pueden hacer la diferencia en los días difíciles, y ayudarte a no perder la cadena de motivación.
En cualquier caso, no podemos pretender que nuestro nuevo hábito sea infalible. Lo importante cuando perdemos algún día de práctica, es recomponerse rápido, ya que volver a empezar luego de muchos días siempre es mucho más costoso para nuestra voluntad. La mejor actitud es la de aceptar que algún día “no podamos meditar”, pero enseguida reorganizarnos para retomar al día siguiente.
Ver nuestros logros siempre es motivante. También nos ayuda auto-evaluarnos y encontrar cómo seguir mejorando. Cuando meditamos con la ayuda de una app, cada sesión queda guardada en nuestro historial para así ir sumando horas.
Meditar es un hábito muy simple que solo necesita 10 minutos de nuestro día. Espero que puedas obtener el mayor provecho de la práctica y que estos tips te hayan servido para cultivar el hábito. Si deseas conocer más de Pura Mente, puedes descargar la app gratis en el App Store o Play Store.