Debido a que su energía puede ser más fuerte de lo que creen, es posible que los Ocho no se den cuenta de lo intimidante que puede parecer para otras personas. Contrariamente a lo que creen, no solo las personas tímidas pueden sentirse amenazadas y atemorizadas en su presencia. Este puede ser el caso incluso cuando se están conteniendo.
Los Ocho tienden a moverse hacia las conclusiones y la acción con rapidez y decisión. Otras personas pueden necesitar mucho más tiempo para ver el panorama general y decidir qué hacer al respecto. La fuerza con la que los Ocho inician y conducen puede, por lo tanto, dejar a las personas sintiéndose desprevenidas o abrumadas.
Aunque los Ocho pueden estar trabajando duro para ocultar su vulnerabilidad a los demás, pueden mostrarla más de lo que creen, especialmente en momentos de reflexión o cuando anticipan desafíos futuros.
Cuando las personas no pueden afirmarse o tomar el control de manera torpe, los Ocho se hacen cargo rápidamente de las situaciones. Su evaluación de que alguien es débil puede llevarlos a ignorar lo que otros dicen u ofrecen.
Los Ocho no reaccionan bien ante la deshonestidad o cuando otros los culpan.
Los Ocho no se ajustan a las reglas y odian cualquier intento de ser controlados. Al mismo tiempo, su tendencia a tomar el control supone que los demás cumplirán y se adaptarán a ellos. Esto puede crear tensión en las relaciones.