1. Reconozca que la situación es difícil
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Esto puede parecer obvio, pero es importante recordar que las situaciones difíciles son sólo eso: difíciles. No son imposibles ni insuperables. Reconocer este hecho puede ayudarte a mantener la perspectiva y evitar que te sientas abrumado.
2. Divida la situación en partes manejables
Una vez que hayas reconocido que la situación es realmente difícil, puede ser útil dividirla en partes más pequeñas y manejables. Esto te ayudará a centrarte en una tarea a la vez, en lugar de sentir que tienes que ocuparte de todo el problema a la vez.
3. Haz un plan de acción
Tener un plan puede ayudarte a sentirte más en control de la y puede darle un sentido de dirección. No tiene por qué ser un plan detallado o complicado, pero debe esbozar los pasos que debes dar para afrontar la situación.
4. Pasa a la acción
Este es quizás el paso más importante de todos. Una vez que haya reconocido que existe un problema y haya elaborado un plan, es esencial que pase a la acción. Hacer algo, aunque sea dar pequeños pasos, puede ayudarte a sentirte mejor y hacer que la situación sea más manejable.
5. Busca apoyo
Por último, recuerde que no tiene que enfrentarse solo a las situaciones difíciles. Hay personas que se preocupan por ti y que quieren ayudarte. No tengas miedo de pedirles apoyo y ayuda.