Ser padre es un trabajo profundamente gratificante pero desafiante. Puede ser fácil caer en patrones, con resultados negativos tanto para el niño como para los padres.
La crianza consciente exige paciencia, comprensión y conciencia. Lo más importante, la crianza consciente implica ser intencional con las decisiones de crianza que toma. La crianza consciente se basa en las relaciones, pero muchos estilos tradicionales de crianza se consideran enfoques basados en el poder:
Estilo autoritario.
Los padres autoritarios exigen mucho a sus hijos, pero carecen de capacidad de respuesta. Pueden inclinarse hacia la hostilidad o el castigo severo. También pueden esperar cumplimiento sin explicar por qué. Hay poca o ninguna comunicación entre los padres autoritarios y sus hijos sobre la crianza del niño y las expectativas de su comportamiento.
Estilo permisivo.
Los padres permisivos son cálidos pero negligentes. Es posible que no establezcan límites firmes, que no supervisen las actividades de los niños lo suficientemente de cerca o que no requieran un comportamiento maduro de los niños. Los niños criados bajo un estilo permisivo tienden a ser impulsivos, rebeldes, sin objetivos, dominantes, agresivos y bajos en autosuficiencia, autocontrol y logros.
Estilo desinteresado.
Los padres no involucrados son totalmente insensibles, no están disponibles y rechazan. Los niños criados con padres no involucrados tienden a tener baja autoestima y poca confianza en sí mismos. Tienden a buscar otros modelos a seguir, a veces inapropiados, para sustituir la negligencia de los padres.