¿Te encuentras posponiendo tareas en el trabajo porque tienes miedo de no hacerlas perfectamente? Si es así, puede que seas un procrastinador perfeccionista.
El perfeccionismo se suele alabar como algo bueno. Al fin y al cabo, son las perfecciones por las que nos esforzamos las que nos hacen ser quienes somos, ¿verdad? ERROR.
El perfeccionismo es, en realidad, uno de los principales factores que contribuyen a la procrastinación. ¿Por qué? Porque cuando nos obsesionamos con hacer algo a la perfección, es más probable que lo pospongamos hasta que nos sintamos seguros de que podemos hacerlo perfectamente. Y, por supuesto, como la perfección es un objetivo inalcanzable, nunca nos sentimos preparados para abordar la tarea que tenemos entre manos.
Entonces, ¿cómo puedes romper ¿salir de la trampa de la procrastinación perfeccionista?
1. Reconoce que el perfeccionismo es el enemigo de la productividad.
2. Acepta que nadie es perfecto, ¡y eso está bien!
3. Ponte objetivos realistas y no busques la perfección.
4. Permítase cometer errores.
5. No tengas miedo de pedir ayuda cuando la necesites.
6. Tómate un descanso cuando te sientas abrumado o estresado.
7. Busca ayuda profesional si ves que tu perfeccionismo está afectando a tu calidad de vida.