Una forma de engañar a tu cerebro para que no tenga miedo es cambiar tu forma de pensar sobre la situación. Por ejemplo, en lugar de pensar "voy a fracasar", intenta pensar "voy a hacerlo lo mejor posible" Este cambio de perspectiva puede ayudarte a sentir más confianza y menos miedo.
Otra forma de engañar a tu cerebro es exponerte a lo que te da miedo. Si te da miedo hablar en público, por ejemplo, empieza dando un discurso a un pequeño grupo de amigos. Cuanto más lo hagas, menos miedo tendrás.
Por último, recuerda que todo el mundo siente miedo alguna vez. Es normal y no hay que avergonzarse de ello. Que sientas miedo no significa que seas débil. De hecho, a menudo lo más valiente es enfrentarse a los miedos
Así que si te encuentras con miedo, no luches contra él. Acéptalo y utilízalo para hacerte más fuerte.