Los científicos han descubierto el mecanismo que fija el miedo en el cerebro, y sus hallazgos podrían conducir a nuevos tratamientos para los trastornos de ansiedad.
La investigación, publicada en la revista Nature, demostró que una región específica del cerebro es responsable de la extinción del miedo. Esta región, llamada amígdala, es conocida por estar implicada en las emociones y la memoria.
Estudios anteriores habían demostrado que la amígdala es importante para la formación de recuerdos de experiencias temerosas. Sin embargo, no estaba claro cómo contribuye la amígdala a la extinción del miedo, que es el proceso por el que aprendemos a dejar de tener miedo de algo que ya no es peligroso.
Para investigar esta cuestión, los científicos utilizaron una técnica llamada optogenética, que permite controlar neuronas específicas con luz. Comprobaron que cuando activaron un tipo de neuronas en la amígdala llamadas células PV+, la extinción del miedo se potenció.
Estos hallazgos podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para los trastornos de ansiedad, que se caracterizan por respuestas de miedo anormales. La técnica optogenética empleada en este estudio podría utilizarse para dirigir las células PV+ de la amígdala y reducir así las respuestas de miedo.
Los científicos afirman que sus hallazgos también podrían tener implicaciones para nuestra comprensión de cómo se forman y recuerdan los recuerdos.
Este artículo procede de: https://www.sciencedaily.com/releases/2013/10/131010104137.htm
Los científicos han descubierto el mecanismo que fija el miedo en el cerebro, y sus hallazgos podrían conducir a nuevos tratamientos para los trastornos de ansiedad. La investigación, publicada en la revista Nature, demostró que una región específica del cerebro es responsable de la extinción del miedo. Esta región, llamada amígdala, es conocida por estar implicada en las emociones y la memoria. Estudios anteriores habían demostrado que la amígdala es importante para la formación de recuerdos de experiencias temerosas. Sin embargo, no estaba claro cómo contribuye la amígdala a la extinción del miedo, que es el proceso por el que aprendemos a dejar de tener miedo de algo que ya no es peligroso. Para investigar esta cuestión, los científicos utilizaron una técnica llamada optogenética, que permite controlar neuronas específicas con luz. Descubrieron que cuando activaban una tipo de neuronas de la amígdala denominadas células PV+, la extinción del miedo mejoró. Estos hallazgos podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para los trastornos de ansiedad, que se caracterizan por respuestas de miedo anormales. La técnica optogenética empleada en este estudio podría utilizarse para dirigir las células PV+ de la amígdala y reducir así las respuestas de miedo. Los científicos afirman que sus hallazgos también podrían tener implicaciones para nuestra comprensión de cómo se forman y recuerdan los recuerdos. Este artículo procede de: https://www.sciencedaily.com/releases/2013/10/131010104137.htm
Los científicos han descubierto el mecanismo que fija el miedo en el cerebro, y sus hallazgos podrían conducir a nuevos tratamientos para los trastornos de ansiedad.
La investigación, publicada en la revista Nature, demostró que una región específica del cerebro es responsable de la extinción del miedo. Esta región, llamada amígdala, es conocida por estar implicada en las emociones y la memoria.
Estudios anteriores habían demostrado que la amígdala es importante para la formación de recuerdos de experiencias temerosas. Sin embargo, no estaba claro cómo contribuye la amígdala a la extinción del miedo, que es el proceso por el que aprendemos a dejar de tener miedo de algo que ya no es peligroso.
Para investigar esta cuestión, los científicos utilizaron una técnica llamada optogenética, que permite controlar neuronas específicas con luz. Descubrieron que cuando activaban un tipo de neuronas de la amígdala llamadas células PV+, la extinción del miedo aumentaba.
Estos hallazgos podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para trastornos de ansiedad, que se caracterizan por respuestas de miedo anormales. La técnica optogenética empleada en este estudio podría utilizarse para dirigirse a las células PV+ de la amígdala para reducir las respuestas de miedo.
Los científicos afirman que sus hallazgos también podrían tener implicaciones para nuestra comprensión de cómo se forman y recuerdan los recuerdos.
Este artículo procede de: https://www.sciencedaily.com/releases/2013/10/131010104137.htm