Hay algunas formas clave de saber si puede tener una carencia de serotonina. En primer lugar, ¿se siente a menudo deprimido o ansioso? ¿Tiene dificultades para dormir? ¿Sufre regularmente migrañas u otros tipos de dolores de cabeza? ¿Le cuesta concentrarse o enfocarse? Por último, ¿tiende a comer en exceso o a darse atracones? Si ha respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas, es posible que sus niveles de serotonina sean bajos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos síntomas también pueden ser causados por otros factores, por lo que es mejor hablar con un profesional de la salud para obtener un diagnóstico adecuado.

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