La empatía es una fuerza poderosa que ayuda a mantener el orden social y la cooperación. Es el mecanismo que permite a las personas comprender y relacionarse con los demás. La empatía es un precursor necesario de la intimidad, la confianza y la pertenencia. También es el sentimiento que hace que sea difícil hacer la vista gorda ante el sufrimiento de los demás.

Las personas empáticas experimentan una serie de beneficios de felicidad. La empatía a menudo fomenta el comportamiento altruista, y se ha demostrado que la bondad basada en la empatía aumenta la cooperación y el perdón, fortalece las relaciones, disminuye la agresión y el juicio, e incluso mejora la salud mental y física.

Curiosamente, la investigación muestra que las personas más felices tienden a ser menos conscientes de las emociones negativas en los demás a pesar de calificarse a sí mismas como más empáticas.2 Sin embargo, es importante practicar la empatía, independientemente del estado de ánimo, para crear una mayor felicidad para nosotros mismos y para los demás.

Practicar los componentes clave de la empatía puede ayudarlo a comprender e interactuar mejor con las personas en su vida.

Haz que escuchar sea una prioridad

Antes de que puedas conectarte con lo que siente otra persona, debes reconocer cuál es ese sentimiento. Escuchar es crucial, pero no siempre es fácil.

Cuando un buen amigo te llama y necesita desahogarse sobre lo estresante que ha sido el trabajo o lo difíciles que han sido las cosas desde su reciente ruptura, la emoción en su voz generalmente llama tu atención con bastante rapidez. Se vuelve más difícil cuando las conversaciones ocurren en medio de distracciones y con un peso emocional menos obvio.

La empatía comienza cuando estableces la intención de escuchar la emoción. Haga un esfuerzo por notar las señales que las personas están dando que pueden indicar lo que están sintiendo.

Tus propias emociones pueden suponer una barrera importante a la hora de darte cuenta de lo que sienten los demás. Cuando está teniendo una conversación y está mirando solo sus propios sentimientos y cómo puede comunicarlos, es posible que no esté dejando suficiente atención disponible para captar lo que sucede en el otro extremo. Hacer un esfuerzo por escuchar activamente puede ayudar a fortalecer su comprensión emocional y empatía.

Comparte tus sentimientos

Una vez que reconoces la emoción en otra persona, la empatía te pone directamente en el lugar de esa persona. La empatía no es sentir lo que sentirías tú en esa situación; es ponerse fuera de sí y adoptar sus emociones por unos momentos.

Algunas investigaciones sugieren que tenemos éxito en esta tarea en virtud de las neuronas espejo, o las vías cerebrales que se activan, ya sea que experimentemos el estímulo o veamos que alguien más lo experimenta.

Las neuronas espejo son responsables de hacer que tu corazón se acelere cuando admiras a los atletas que corren por un estadio en tu evento deportivo favorito o te hacen retroceder de dolor cuando ves errores desafortunados en un divertido video viral.

Cuando las personas se sumergen en el dolor, la tristeza o la irritación de otra persona, esta empatía no solo puede estar a su lado y consolarlas con mayor comprensión, sino que también envía un mensaje de que están dispuestas a asumir una emoción dolorosa para que los demás no.

Hazte vulnerable

Las conexiones empáticas son una calle de doble sentido. Permitirte asimilar por completo las emociones de otra persona puede mejorar tus relaciones, y permitirte ser vulnerable a los demás puede amplificar esas conexiones.

Cuando comparte experiencias de sus propias emociones desafiantes, como la culpa, la ansiedad y la vergüenza, crea oportunidades para que otros se identifiquen con usted.

Ser vulnerable fortalece tu propia empatía de dos maneras. Primero, sentir el valor de la empatía cuando se refleja en ti puede profundizar tu compromiso de ser empático con los demás. También obtiene más comodidad al navegar por emociones difíciles en conversaciones con otros.

No es fácil mantener una conversación sobre emociones dolorosas, pero si entrenas deliberadamente esta habilidad en ti mismo aprovechando las oportunidades cuando tienes una emoción para compartir, estarás mejor equipado para recibirlo.

Tomar acción y ofrecer ayuda

Si la empatía se basa en compartir emociones negativas, la felicidad puede sufrir. Cuando las personas sienten una profunda tristeza por las víctimas de un desastre natural, están más cerca de ponerse en el lugar de los demás.

Pero el simple hecho de sentir el dolor de otra persona, si bien puede mejorar el sentido de pertenencia y ser comprendido si se comunica, no maximiza la oportunidad de mejorar el bienestar. La ventaja de saber por lo que está pasando otra persona es que puedes identificar mejor lo que otras personas necesitan.

Debido a que la empatía significa que estás adoptando la emoción pero no la situación difícil que la generó, por lo general estás en un lugar más poderoso para ayudar.

Para que la empatía sea más efectiva y maximice el bienestar, es importante sentir el dolor del otro y también saber que estás en condiciones de hacer algo al respecto.

En un estudio clásico en el que los participantes observaron a otra persona recibir descargas eléctricas y se les dio la opción de ayudar a la persona tomando las descargas restantes por sí mismas, las personas con mucha empatía tenían más probabilidades de intervenir y ayudar incluso cuando simplemente podían darse la vuelta y no mirar más. La empatía efectiva permitió a los participantes sentir el dolor de la descarga lo suficiente como para querían ayudar, pero no tanto como para no querer hacerlo ellos mismos.