Los Nueve evitan ser controlados por otros de una manera contraria a la intuición, siendo pasivos, no asertivos e impasibles. Este patrón de comportamiento indirecto puede tener un impacto en su comunicación y relaciones.
Los Nines quieren evitar ser controvertidos. A pesar de que no les gusta que las personas los presionen para que hagan algo, también tienen dificultades para decirles que no a las personas. Mientras que los Nueve se esforzarán por acomodar a los demás y minimizar sus propias necesidades, preparándose para ser pasados por alto, a los Nueve no les gusta que los ignoren.
Muchos Nueve del Eneagrama desconocen sus propios patrones de comportamiento pasivo-agresivo y cómo afectan a los que los rodean.
Al perseguir su necesidad de asegurarse de que todos sean escuchados, los Nueve a menudo presentan múltiples puntos de vista en la conversación con los demás. Esto puede dar lugar a explicaciones extensas y prolongadas que hacen que el oyente pierda interés. También puede tener un impacto negativo en el grado de influencia e incluso en la credibilidad de los Nueve.
Al ser diplomáticos y complacientes, los Nueve pueden fallar en dar a conocer sus verdaderas necesidades, deseos y sentimientos a las personas que los rodean. Los Nueve pueden sentir que lo están haciendo muy claramente, pero debido a su enfoque, los demás pueden pasar por alto lo que realmente quieren y necesitan. También puede ser que estas necesidades y sentimientos solo se articulen en la cabeza de los Nueve y no se compartan con los demás tan abierta y frecuentemente como ellos creen.