La base del Eneagrama es un símbolo geométrico de nueve puntas. Consiste en un círculo exterior, en el que los nueve puntos (personalidades) están numerados en el sentido de las agujas del reloj y espaciados uniformemente.

También hay un triángulo entre los puntos 9, 3 y 6 y un hexágono irregular que conecta los otros puntos. El círculo representa la totalidad y la unidad de la vida humana, mientras que las otras formas representan cómo se divide.

Los tipos a ambos lados de cada tipo de núcleo se denominan alas. Se cree que las alas representan estilos de personalidad relacionados a los que podemos hacer la transición para desarrollar nuevas facetas de nosotros mismos.

Muchas personas se identifican fuertemente con la descripción de una o ambas alas, además de su tipo principal, y comprender la influencia de las alas del Eneagrama puede ayudar a agregar más matices a la comprensión de uno mismo.

Cada tipo básico en el Eneagrama también está conectado por dos líneas a otros dos tipos básicos; por ejemplo, el Tipo 1 está conectado con el Tipo 7 y el Tipo 4. La primera línea se conecta con el tipo que la persona ha dejado atrás o reprimido en la infancia; las características de este tipo deben ser reintegradas para que la persona se desarrolle. La segunda línea se conecta con el tipo en el que la persona puede convertirse una vez que esté lista para alcanzar un estado superior de desarrollo.

Estas líneas de conexión resaltan cómo cada tipo básico posee fortalezas indispensables, pero al mismo tiempo tiene lados más oscuros que están llenos de desafíos. La inclusión de estas líneas mueve el Eneagrama de un modelo de personalidad puramente descriptivo a uno que es dinámico, mostrando cómo la personalidad puede cambiar bajo diferentes condiciones.