Cuando están sanos, los Dos son cuidadores desinteresados que se sienten realizados al dar libremente amor incondicional. Se sienten cómodos compartiendo sus propias necesidades con los demás y aseguran un equilibrio saludable de toma y daca. Reconocen cuando otros requieren distancia y desarrollan estilos de apego seguro. Son capaces de practicar la atención plena y comprender el significado del altruismo. Reconocen su propia valía y pueden guiar suavemente a otros hacia la suya también. Los donantes entienden el significado de la empatía y pueden tener conexiones genuinas y sinceras con los demás.
Cuando son promedio, los Dos asumen el papel de mártir en las relaciones y buscan constantemente formas de sentirse importantes atendiendo las necesidades de los demás. Se sienten realizados cuando los demás les recuerdan lo agradecidos que están por tenerlos en sus vidas y se esfuerzan por mantener esa imagen del amigo siempre accesible. Al atender continuamente las necesidades de los demás, los Dadores pueden agotarse y compensar en exceso sus niveles de energía. Pueden usar halagos o cumplidos para ganar aceptación y aprecio dentro de una comunidad o relación. Son hipersensibles a la aprobación y evaluación de los demás, especialmente de aquellos que realmente les importan.
Cuando no son saludables, los Dos caen en un pozo de autodesesperación y crítica, buscando constantemente las fallas y malas acciones de los demás. Intentan obtener control sobre las relaciones y pueden volverse demasiado pegajosos o autoritarios. Ahora hay una excusa para cada una de sus acciones y juegan la carta de la víctima para ganar simpatía y tranquilidad. Finalmente, desatan su lado manipulador y sin pensar culpan a otras personas por su sufrimiento y miseria. Los donantes basan su autoestima en las opiniones de aquellos a quienes han ayudado, y si reciben críticas, se desesperarán y desarrollarán diversas formas de enfermedades físicas: dolores, fiebre y náuseas.