Sé más amable contigo mismo. En condiciones extremas o bajo estrés, los Tipo Uno pueden ser tan duros consigo mismos que pueden sentirse miserables. Aliviar a tu crítico negativo interno es algo a considerar. Piensa en cómo se sentiría un amigo cercano si le hicieras la misma crítica.
Reconoce que no todos están donde tú estás. Los Uno pueden ser grandes colegas, maestros, socios y amigos, pero a menudo sus propios altos estándares pueden hacer que parezcan críticos, demasiado rígidos y como arpías para los demás. Es importante aprender a aceptar a las personas como son y a hacer una pausa (o al menos censurarse a uno mismo) antes de ser demasiado sermoneador o quisquilloso.
Sea flexible y abierto a las perspectivas externas. Traer claridad moral y principios sólidos a tu trabajo y tu vida es grandioso, y ha empoderado a muchos del Tipo Uno que han liderado importantes movimientos sociales (como Mahatma Gandhi y Nelson Mandela). Sin embargo, mantenerse humilde y arraigado en vivir esas verdades (en lugar de solo predicarlas) y comprender que las personas pueden traer otros puntos de vista a la mesa es fundamental para mantener el equilibrio.
Establecer un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida. Los Uno tienden a ser adictos al trabajo con un enfoque extraordinario, lo que puede conducir a un gran éxito profesional, como lo demuestran múltiples Tipo Uno que han alcanzado las alturas de sus propios campos (desde Michelle Obama, al Capitán "Sully" Sullenberger, a Tina Fey). Pero ser consciente de la necesidad de equilibrar todas esas noches de oficina con tiempo para las relaciones, la familia, la salud y su propio bienestar general es clave.
¡Aligerar! Esto puede parecer "más fácil decirlo que hacerlo", pero el camino del Uno hacia el crecimiento radica en aprender a no tomar todo en la vida tan en serio. Busque la tontería en usted mismo y en el mundo que lo rodea, y tómese un tiempo para relajarse y estar presente.