Acostumbrado naturalmente a los roles de liderazgo, el Challenger hace notar su presencia y lleva un aura de confianza y seguridad en sí mismo en su hablar y caminar.
Por lo general, creen en el mantra de crear tu propia suerte y trabajan muy duro para que las cosas sucedan, sin hacer preguntas. Los retadores son despiadadamente independientes y no temen la confrontación, lo que a veces puede causarles grandes problemas.
Naturalmente, chocan con la autoridad, especialmente cuando se encuentran con el clásico: "Debes hacer esto, porque te lo dije". El respeto se gana a través de la razón y la competencia, y no a través de la edad o el estatus.