La inteligencia emocional como término no entró en nuestra lengua vernácula hasta alrededor de 1990. A pesar de ser un término relativamente nuevo, el interés en el concepto ha crecido enormemente desde entonces.
Algunos investigadores sugieren que la inteligencia emocional se puede aprender y fortalecer; otros afirman que es una característica innata.
Crecimiento temprano
Ya en la década de 1930, el psicólogo Edward Thorndike describió el concepto de "inteligencia social" como la capacidad de llevarse bien con otras personas. Durante la década de 1940, el psicólogo David Wechsler propuso que diferentes componentes efectivos de la inteligencia podrían desempeñar un papel importante en el éxito de las personas en la vida.
Desarrollos posteriores
La década de 1950 vio el surgimiento de la escuela de pensamiento conocida como psicología humanista, y pensadores como Abraham Maslow prestaron mayor atención a las diferentes formas en que las personas pueden desarrollar fortaleza emocional.
Otro concepto importante que surgió en el desarrollo de la inteligencia emocional fue la noción de inteligencias múltiples. Este concepto fue presentado a mediados de la década de 1970 por Howard Gardner, introduciendo la idea de que la inteligencia era más que una sola habilidad general.
El surgimiento de la inteligencia emocional
No fue hasta 1985 que el término "inteligencia emocional" fue utilizado por primera vez en una tesis doctoral de Wayne Payne. En 1987, en un artículo publicado en Mensa Magazine, Keith Beasley utiliza el término "coeficiente emocional".
En 1990, los psicólogos Peter Salovey y John Mayer publicaron su artículo histórico, "Inteligencia emocional", en la revista Imagination, Cognition and Personality. Definieron la inteligencia emocional como "la capacidad de monitorear los sentimientos y emociones propios y de los demás, discriminar entre ellos y usar esta información para guiar el pensamiento y las acciones de uno".
En 1995, el concepto de inteligencia emocional se popularizó tras la publicación del libro de Daniel Goleman "Emotional Intelligence: Why It Can Matter More Than IQ".
El tema de la inteligencia emocional ha seguido captando el interés público desde entonces y se ha vuelto importante en campos fuera de la psicología, incluida la educación y los negocios.
