Si bien todavía hay mucho debate sobre qué causa las emociones y si diferentes personas y culturas las experimentan de la misma manera, sabemos qué partes del cerebro están activas durante este proceso.

Los investigadores creen que las emociones se ven afectadas por el sistema límbico, que incluye la amígdala, el hipocampo, el hipotálamo y varias redes y neurotransmisores. Cada una de estas partes juega un papel diferente en la vinculación de nuestras emociones y recuerdos, provocando un comportamiento apropiado para el estado de ánimo e iniciando respuestas físicas.

Cuando el cerebro recibe señales sobre lo que sucede a nuestro alrededor, utiliza este sistema como base para guiar nuestra reacción emocional.

Entonces, si bien nos gustaría vernos a nosotros mismos como teniendo el control de nuestros pensamientos y comportamiento, la mayoría de las veces, en realidad estamos a merced de nuestras emociones. Pero estos solo representan el mejor intento de nuestro cerebro para dar sentido al mundo que nos rodea. El cerebro se basa en nuestras experiencias pasadas para interpretar lo que estamos experimentando ahora y crea lo que cree que es una respuesta emocional apropiada.

Esto suena como un proceso instintivo o automático, pero lo sorprendente es que tenemos cierto control sobre él, y ciertamente sobre cómo nos comportamos.

Debido a cómo nuestros procesos de pensamiento juegan en la creación de emociones, podemos tratar de replantear la forma en que pensamos sobre las cosas de manera positiva, entrenar nuestra mente para responder de manera diferente a los factores estresantes de todos los días y mejorar nuestra salud emocional.

Cuidando tu salud emocional

Nuestras emociones juegan un papel vital al influir en cómo pensamos y nos comportamos, lo que afecta nuestro disfrute de la vida y nuestra salud y bienestar en general. Esto significa que el cuidado de nuestra salud emocional es esencial si queremos vivir la vida a nuestro máximo potencial.