Según Freud, los pensamientos y las emociones fuera de nuestra conciencia continúan ejerciendo una influencia en nuestros comportamientos, aunque no nos demos cuenta (inconscientes) de estas influencias subyacentes.
El inconsciente puede incluir sentimientos reprimidos, recuerdos ocultos, hábitos, pensamientos, deseos y reacciones. Los recuerdos y las emociones que son demasiado dolorosos, vergonzosos, vergonzosos o angustiosos para enfrentarlos conscientemente se almacenan en la enorme reserva que constituye la mente inconsciente.
Para identificar las raíces de una angustia psicológica, Freud empleó técnicas como el análisis de los sueños y la asociación libre (compartir pensamientos aparentemente aleatorios) para sacar a la luz los verdaderos sentimientos.
Papel de la mente preconsciente
Los contenidos de la mente consciente incluyen todas las cosas de las que eres consciente activamente. La mente preconsciente estrechamente relacionada contiene todas las cosas que potencialmente podrías atraer a la conciencia. El preconsciente también actúa como una especie de guardia, controlando la información que se le permite entrar en la conciencia.
Los recuerdos preconscientes no son lo mismo que los recuerdos a los que se accede fácilmente, como recordar el camino a casa. Son recuerdos no reprimidos que extraemos para un propósito específico en un momento específico.