Los cambios en su cuerpo y cerebro son normales a medida que envejece. Sin embargo, hay algunas cosas que puede hacer para ayudar a retardar el deterioro de la memoria y reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer u otras demencias. Aquí hay cinco cosas que recomiendo a mis pacientes en orden de importancia:
1. Haga ejercicio regularmente.
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Lo primero que les digo a mis pacientes es que sigan haciendo ejercicio. El ejercicio tiene muchos beneficios conocidos y parece que la actividad física regular beneficia al cerebro. Múltiples estudios de investigación muestran que las personas físicamente activas tienen menos probabilidades de experimentar una disminución en su función mental y tienen un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Creemos que estos beneficios son el resultado del aumento del flujo sanguíneo al cerebro durante el ejercicio. También tiende a contrarrestar parte de la reducción natural en las conexiones cerebrales que ocurren durante el envejecimiento, revirtiendo en efecto algunos de los problemas.
Trate de hacer ejercicio varias veces por semana durante 30 a 60 minutos. Puedes caminar, nadar, jugar tenis o cualquier otra actividad aeróbica moderada que aumente tu frecuencia cardíaca.
2. Duerma lo suficiente.
El sueño juega un papel importante en la salud de su cerebro. Hay algunas teorías de que el sueño ayuda a eliminar las proteínas anormales en el cerebro y consolida los recuerdos, lo que mejora la memoria general y la salud del cerebro.
Es importante que intente dormir de siete a ocho horas consecutivas por noche, no un sueño fragmentado en incrementos de dos o tres horas. El sueño consecutivo le da a su cerebro el tiempo para consolidar y almacenar sus recuerdos de manera efectiva. La apnea del sueño es dañina para la salud de su cerebro y puede ser la razón por la que puede tener dificultades para dormir horas consecutivas. Hable con su proveedor de atención médica si usted o un miembro de su familia sospecha que tiene apnea del sueño.
3. Sigue una dieta mediterránea.
Su dieta juega un papel importante en la salud de su cerebro. Recomiendo a mis pacientes que consideren seguir una dieta mediterránea, que enfatiza los alimentos de origen vegetal, los cereales integrales, el pescado y las grasas saludables, como el aceite de oliva. Incorpora mucha menos carne roja y sal que una dieta estadounidense típica.
Los estudios muestran que las personas que siguen de cerca una dieta mediterránea tienen menos probabilidades de tener la enfermedad de Alzheimer que las personas que no siguen la dieta. Se necesita más investigación para determinar qué partes de la dieta tienen el mayor impacto en la función cerebral. Sin embargo, sabemos que los ácidos grasos omega que se encuentran en el aceite de oliva virgen extra y otras grasas saludables son vitales para que sus células funcionen correctamente, parecen disminuir el riesgo de enfermedad de las arterias coronarias y aumentan la concentración mental y retrasan el deterioro cognitivo en adultos mayores .
4. Manténgase mentalmente activo.
Tu cerebro es similar a un músculo: necesitas usarlo o lo pierdes. Hay muchas cosas que puedes hacer para mantener tu cerebro en forma, como hacer crucigramas o Sudoku, leer, jugar a las cartas o armar un rompecabezas. Considéralo entrenar tu cerebro. Así que incorpore diferentes actividades para aumentar la efectividad.
No recomiendo ninguno de los programas de entrenamiento mental pagados disponibles en la actualidad. Estos programas a menudo hacen promesas que no pueden cumplir o se centran en habilidades de memorización que no son útiles en la vida cotidiana. Tu cerebro puede ejercitarse igual de bien leyendo o desafiándote a ti mismo con acertijos. Finalmente, no mire demasiada televisión, ya que es una actividad pasiva y hace poco para estimular su cerebro.
La interacción social ayuda a prevenir la depresión y el estrés, los cuales pueden contribuir a la pérdida de memoria. Busque oportunidades para conectarse con sus seres queridos, amigos y otras personas, especialmente si vive solo. Hay investigaciones que relacionan el confinamiento solitario con la atrofia cerebral, por lo que mantenerse socialmente activo puede tener el efecto contrario y fortalecer la salud de su cerebro.
